Reparación Histórica y Derechos Humanos desde la Perspectiva Travesti
- PJ DiPietro
- 1 jul
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Con el foco puesto en la necesidad de reparaciones para la comunidad travesti en Argentina, se realizó un taller los días 11 y 12 de octubre de 2024 en San Salvador de Jujuy. Esta actividad formó parte de las propuestas de la comunidad en el 37° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersex y Personas No Binarias. Contamos con la participación de aproximadamente 170 personas, y el taller fue codirigido por Marlene Wayar y PJ DiPietro. Presentamos las conclusiones, fruto de dos sesiones de trabajo de 2 horas cada una, en la plenaria de clausura.

En el taller, reflexionamos como compañeras y compañeres travesti/trans y personas no binaries. Nos entendemos como un pueblo amenazado por el abandono y el desamparo. Somos parte de un pueblo con varias intersecciones porque no solo nos presentamos más allá del binario varón/mujer sino también porque estamos presentes en el mundo originario, amarronado, trabajador, desempleado, disca, y el mundo de las juventudes y vejeces. Somos el pueblo T y estamos buscando un territorio en el que podamos vivir con respeto, dignidad, y salud física, psíquica, y espiritual.
La comunidad travesti/trans vive en condiciones de precariedad y vulnerabilidad. Lo que tenemos en común es la experiencia de ser tratadas como desecho. En la niñez y en la adolescencia, estamos sometidas a la extracción sexual. Se nos exprime para complacer a un mundo cisheterosexista. En la adultez, nuestro sufrimiento y extinción le causa placer a un mundo odiante y hostil.
Nuestres cuerpes han sido utilizades como laboratorios por las escuelas, los médicos, los gobiernos, las familias, y las iglesias. El estado ha patrocinado y autorizado esta cosificación de nuestres cuerpes. Somos laboratorios de disciplinamiento, regulación y control para que la familia nuclear, supremacista blanca, heterocissexista y capacitista se perpetúe como modelo capitalista de ser y consumir.
El pueblo travesti/trans es un pueblo sin niñeces. Crecemos de prepo porque nos expulsan de todas las instituciones que supuestamente tienen que cuidarnos y ayudarnos a crecer. El estado tiene una deuda con nuestro pueblo que es tanto increíble como irreparable. Nos convierte en identidades cloacales como nos lo enseño nuestra ancestra travesti, Lohana Berkins. El estado ignora que hay compañeras abusadas y sometidas a la trata de personas desde temprana edad.
Al analizar nuestras identidades cloacalizadas, documentamos tanto los aspectos individuales como colectivos de esa violencia odiante. Por eso hablamos de travesticidios y genocidios. La idea de genocidio nos permite explicar el carácter sistémico de las violencias, persecuciones, y los daños en contra del pueblo T.
Como pueblo, ejercemos nuestra autonomía y reclamamos de todes ustedes una reparación histórica que reconozca la deuda social que el estado y la sociedad tienen con nuestro pueblo. Para ello, proponemos que la reparación cuente con un componente individual de carácter indemnizatorio y otro componente general de carácter preventivo. Por tanto, entendemos que el pueblo T precisa indemnizaciones para casos particulares en los que se comprueben la manifestación económica, social, política, cultural y emocional de la violencia travesticida. Simultáneamente, entendemos que también necesitamos resarcimientos y garantías para que los daños y sufrimientos no se repitan.
Aspiramos a que cada espacio de la sociedad se haga colectivamente responsable por su acción y/u omisión respecto de la falta de respeto, dignidad, y salud en las vidas de nuestro pueblo T.
Aspiramos a participar de ese proceso de concientización y responsabilización y que, de esa manera, el pueblo T acceda a:
Una memoria colectiva basada en el resguardo de las biografías de les compañeres travesti/trans y no binaries que ya no están y a las historias que estas biografías han entretejido.
Un sistema de salud basado en el cuidado digno y el acompañamiento solidario dentro del cual la atención integral sea un principio de la rutina y no una excepción amigable.
Una atención de salud integral para que les compañeres ya no mueran por haberse dejado estar a raíz de tener miedo, haber tenido malas experiencias, y haber sido maltratades por el sistema médico.
Una atención afirmativa que respete los procesos de las personas no binaries sin imponerles estereotipos de belleza o transición eurocentrados.
Un cambio registral que esté sostenido por otras acciones transversales para que podamos utilizar nuestro nombre autopercibido en nuestros títulos de la escuela secundaria, y en el cursado de la Universidad, y en los hospitales y consultorios médicos.
Un cambio registral que se constituya como política de Estado tanto en el ámbito nacional como el internacional para que les compañeres migrantes de nuestro pueblo también se sientan bienvenides y respetades.
Una ley de Cupo laboral que establezca criterios consensuados con la comunidad travesti/trans donde se ponga el acento en la claridad de los mecanismos y protocolos para la incorporación tanto en las oficinas públicas como en el ámbito privado.
Una ley de Cupo Laboral que resguarde la permanencia en los puestos de trabajo.
Una ley de Cupo Habitacional que integre una visión práctica y concreta de las diversas formas de tejer parentescos, maternar, paternar, y gestar, dentro de nuestra comunidad.
Un proceso de crecimiento que provea un horizonte para las futuridades y juventudes, en el cual todes podamos contar con los recursos necesarios para gestar orgánicamente nuestra voz y representación política.
Una educación que ponga en el centro a las voces, sabidurías, y ancestralidades de nuestro propio pueblo T. Que nuestra comunidad se convierta en ancestra habiendo vivido vidas plenas y que las mismas no sean el objeto de distorsión.
Una comunidad inclusiva, plural, y diversa, que nos lleve a reflexionar sobre nuestras propias rigidices e ignorancias.
A varias perspectivas respecto de la condición y la situación del trabajo sexual y que tales perspectivas no se cancelen sino que se nutran entre sí. En primer lugar, necesitamos que saquemos a la policía del ámbito donde el pueblo T ejerce el trabajo sexual. Segundo, nos disponemos a modelar una escucha atenta y respetuosa, contemplando las coincidencias y divergencias entre abolicionismo, prohibicionismo, y reglamentacionismo. En tercer lugar, les pedimos que no romanticemos al trabajo sexual, que prestemos atención al grave problema de la trata de personas y el abuso de menores y que, a la vez, comprendamos que la prostitución se ejerce en diversos contextos y que, a menudo, puede estar relacionada con la autonomía, la afirmación, la subsistencia económica, y el placer del pueblo T.
Y, finalmente, compañeras, que el pueblo T tenga acceso a un encuentro plurinacional que se pregunte y considere si tiene una deuda con nosotras, nosotros, y nosotres.

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